El Botaguas

Mi foto
Mexico City, Mexico
A random thinker

sábado, 14 de noviembre de 2009

Xizao


El último ensayo (al menos de esta clase)
Cuando comencé a ver El baño (1999), me pregunté el por qué de incluirla en los materiales a analizar en la clase, a primera vista podría parecer que se pretendía que observáramos la forma de actuar del gobierno chino durante el tiempo del crecimiento acelerado, con un énfasis especial en la capacidad que tiene de movilizar a todo un pueblo con la finalidad de contribuir al desarrollo del país. Después decidí seguir otra ruta y apostarle al enfrentamiento entre la China urbana encarnada en Da Ming y la china rural, a través del padre y hermano del protagonista. Sin embargo, opté por ver esta película como una metáfora del paso del tiempo en China, reflejado a través de las diversas maneras que se tiene de darse un buen baño.
Siguiendo esta premisa, la película de Yang Zhang nos lleva a tres momentos de la existencia de China. El primero se ubica en el pasado y lo podemos observar mediante las ideas que se hace el hermano menor de Da al observar la postal de la peregrinación milenaria de la que le hablaba su padre, la cual tenía que realizarse al menos una vez en la vida y en una época determinada del año. Esta es una China antigua, tradicionalista, llena de rituales y simbolismos que bien podrían empatarse con la forma de vida durante las diferentes dinastías.
Posteriormente, el grueso de la película nos ubica en el presente, que para nosotros sería el pasado también, sin embargo es uno más reciente. Nos transporta a una China que sigue estando repleta de rituales y prácticas “antiguas” pero que comienza a ver destellos de transformación, de modernización. Es una China en la que una pelea de grillos puede convivir con calderas, tuberías y teléfonos celulares; es un país en el que la ciudad se sigue viendo como un mito pero como uno más cercano cada vez, en el que existe cierto temor y resistencia al cambio, pero al que nadie se atreve a cuestionar o a enfrentarse (curiosamente, el único personaje que lo hace resulta ser un retrasado mental). Esta es una China al borde de la transformación, que se aferra a diversos elementos para no perderse en la modernidad, pero que ha emprendido el camino hacia el futuro y no existe posibilidad de marcha atrás.
Finalmente, el inicio de la película nos lleva al final del viaje, a un país en el que la idea del hombre y la de la tecnología son una sola, en el que el concepto de lo rural ya no es siquiera considerado y hasta las prácticas más elementales como darse un regaderazo implican una deshumanización total y reflejan un adelanto que sólo creemos posible en nuestra imaginación. Este es un futuro que seguirá rico en elementos rituales, pues éstos son parte de la naturaleza humana, sin embargo lo que ahora importa es la practicidad y la eficiencia, no el disfrute y la convivencia. Las largas horas en las albercas y las canciones bajo la regadera han sido reemplazadas por engranes y chorros de agua a presión, sin embargo se ha alcanzado una idea de modernidad que no resulta creíble en ningún otro escenario.
Así es como yo explico El baño, como un recorrido y una perspectiva a futuro de China. Esta es una historia de cambios y de renovación, es una historia en la que lo viejo tiende a desaparecer y lo nuevo toma el país en sus manos y le da una nueva dirección. Es también un cuento de aceptación y de resignación, en el que la confianza que se tiene en el régimen es tal que los sacrificios que se hacen son equivalentes al trabajo de una vida. Sin embargo, todo esto no se limita a una idea de abandono, si algo reconozco de este guión, es que deja muy claro que una tendencia política y económica no puede derribar miles de años de ritos y costumbres y mucho menos, relegar a un segundo plano la naturaleza humana. Tal vez la forma cambie, los procesos se modifiquen y la vida sea distinta, pero siempre habrá momentos en los que el pasado se haga presente ya sea mediante una postal, una canción o una imaginación desbordada.
La antítesis entre pasado y presente, tradición y modernidad o la vejez y la juventud, se sintetiza en un nuevo concepto en el que los valores y las prioridades cambian, pero los elementos básicos se mantienen. Es un hecho que ya no es posible caminar durante meses para cumplir con una tradición, o permanecer toda una mañana bajo el agua charlando con otros chinos; sin embargo siempre requeriremos bañarnos, de alguna o de otra forma, la esencia se mantiene y encuentra distintos caminos para manifestarse y mantenerse vigente.

Anna y el Rey


Otro ensayo...
No resulta del todo nuevo que dentro de las manifestaciones artísticas se presente una inquietud por conocer y comprender al otro. En Anna y el Rey (1999) se arma una trama y se recrea un momento de la historia tailandesa (con algunas licencias), con la finalidad de llevar al espectador a presenciar lo que podría y posiblemente ha sucedido cuando dos mundos distintos, pues no me atrevo a decir opuestos, se encuentran, se enfrentan y finalmente se complementan. Con la finalidad de profundizar en el análisis de esta película propongo tres áreas de enfoque: la política, la religiosa y una en la que se expanda la idea del encuentro de dos culturas diferentes.
En el primer rubro, la historia basada en los diarios de Anna Leonowens nos muestra una monarquía absoluta en la que la palabra del Rey era incuestionable y a pesar de escuchar los consejos de aquellos que se encontraban más allegados a él, siempre era su voluntad la que imperaba. El clima en el que se desarrolla la película es uno de inestabilidad e incertidumbre, por un lado se observan presiones regionales por parte de Myanmar y una supuesta invasión que se había ido gestando desde hacía algún tiempo y por otro lado, presiones provenientes de los ingleses quienes al parecer apoyaban las movilizaciones de los Burmeses y también, buscaban atacar al gobierno mediante enviados diplomáticos o comerciantes que veían una tiranía en el régimen del Rey Mongkut.
Es cierto que tanto el Rey como sus allegados estaban concientes de la verticalidad de la cadena de mando y de la incuestionabilidad de las decisiones del monarca; sin embargo me atrevo a decir que no lo hacían sólo por creerlo de origen divino o por el rango que poseía; además del temor que sentían por Mongkut y del aura mística que le rodeaba, existía una mezcla entre respeto fundado en su capacidad como administrador y estratega, y admiración basada en la inteligencia y sagacidad con la que contaba. La figura del rey encarnada por Yun-Fat Chow (a quien también vimos en La maldición de la flor dorada (2006)) es claramente superior a cualquier otra dentro de la trama y se convierte en soporte tanto de la historia que se cuenta como del sistema de gobierno que se está retratando.
Cambiando a la esfera religiosa, Anna y el Rey está impregnada de simbolismos y alusiones a algunas de las diferencias que existen entre el budismo y el cristianismo. Las distinciones entre una religión y otra se encuentran en momentos precisos de la película como cuando Anna está platicando con el Rey y hace comentarios como “La vida es hermosa, especialmente si eres cristiano y sólo tienes una” o cuando el Rey está a punto de enfrentarse al General Alak y al despedirse de Anna le dice que “si su religión es correcta, Dios creó al mundo en siete días, entonces un hombre podría volar un puente”. Como se observa, se ilustran las diferencias con algunos toques cómicos, pero se hace notar una concepción de la vida distinta por parte de los personajes principales y es claro que la religión juega un papel esencial en esto.
En lo referente al budismo como tal, también se encuentran momentos en los que es posible apreciar algunos de sus elementos esenciales. Me gustaría mencionar dos escenas en especial: la muerte de la princesa Fa-Ying y la ejecución de Tuptim y su amante. En el primer caso los funcionarios del palacio comienzan por asegurarse que nadie esté llorando pues se cree que de demostrar la tristeza, el alma partirá llena de dolor, posteriormente se observa a los herederos cantando en compañía de los monjes y finalmente, al morir la princesa, la familia real realiza un ritual funerario en el agua, mismo que a la fecha se sigue practicando. La ejecución de Tuptim es todavía más clara en cuanto al contenido religioso, pues todo el ritual está impregnado de símbolos, comenzando por el aspecto de monjes budistas que tienen los condenados, hasta las flores que les colocan en las manos antes de cortar sus cabezas. Al mismo tiempo, se observa como el Rey medita ante un buda y Anna hace lo propio frente a un altar católico, demostrando que sin importar el linaje o la deidad que se venera, la religión ofrece orden en los momentos de anomia.
Finalmente, en lo referente al encuentro entre culturas distintas, se observa un claro proceso de acercamiento a lo largo de la película. En un principio cuando Anna conoce al Rey, ésta se niega a tocar el piso con la frente pues considera que puede ser cortés sin recurrir a ese tipo de prácticas, de igual manera se mantiene de pie al hablar con el Rey obteniendo la desaprobación del resto de las personas que se encontraban en la habitación y posteriormente, cuestiona las decisiones tomadas por el monarca. Este primer acercamiento no resulta demasiado exitoso y deja ver el desconocimiento que cada uno de los personajes tiene de la cultura de su interlocutor. Conforme la trama se desarrolla el Rey comienza a ceder a algunas de las prácticas occidentales de la profesora y ésta también procura respetar las tradiciones y costumbres de Siam.
El punto culminante de esta mezcla de culturas se observa durante la cena que ofrece el Rey para los diplomáticos y comerciantes ingleses. En ella se permite que los criados estén de pie ante la presencia de su Rey, los príncipes y princesas herederos cantan una canción en inglés, e incluso se baila un vals al estilo de occidente, el cual es encabezado por Anna y por el Rey. Al mismo tiempo se mantienen las jerarquías bastante claras, la comida que se sirve es la del lugar y los diversos actos protocolarios y de etiqueta, se hacen siguiendo la usanza de Siam.
Por último, cuando la película está por terminar y el Rey se enfrenta al general Alak se observa, más que un momento de convivencia armónica entra ambas culturas, una integración entre oriente y occidente que culmina en que las órdenes del Rey sean pasadas por alto; esto porque su hijo mayor guiado por Anna coordina una treta defensiva, haciendo creer que los británicos están junto con el Rey y se enfrentarán al ejército rebelde. Este gesto simple me resulta bastante interesante pues en vez de verse como un acto de desobediencia, la influencia del personaje de Jodie Foster logra que el Rey vea la decisión de su hijo como adecuada e incluso reconozca su iniciativa a pesar de estar evidentemente opuesta a lo que él había ordenado. Por otro lado, Anna se da cuenta que no ha seguido las indicaciones del Rey y que se encuentra en problemas, pero logra librarse de éstos pues como ya se había dicho, el hijo primogénito decide asumir la responsabilidad de los hechos.
A grandes rasgos, este es el panorama político, religioso y cultural que se presenta en Anna y el Rey, es claro que las tres esferas están fuertemente relacionadas, sin embargo considero relevante marcar una distinción entre éstas y analizarlas con una mayor profundidad. Seguramente la extrañeza que genera el otro seguirá siendo una constante tanto en el cine como en la dinámica social, y siempre será posible encontrar puntos de convergencia y divergencia en los distintos niveles de análisis. Lo relevante es ser capaz de encontrarlos y emplearlos de forma que lo distinto no sea sinónimo de conflicto.

La maldición de la flor dorada

Aprovecho un ensayo de mi clase de Escenario de Asia Pacífico para crear una entrada más.
Analizar una película que presenta una realidad alejada de aquella en la que se vive, requiere del establecimiento de varios niveles que permitan realizar un estudio detenido y productivo. Las tres perspectivas que propongo en el caso de La maldición de la flor dorada ¬(2006) son: aspectos técnicos, trama y la presencia de elementos característicos de la cultura China. Siendo este un reporte con fines académicos se dará mayor énfasis al tercer nivel y los dos primeros jugarán un papel introductorio y de delimitación.
Primeramente es importante mencionar la excelente dirección de arte y la fotografía de la película, es gracias a la atinada selección de objetos y de colores que el espectador logra ser transportado a la China de la dinastía Tang, a pesar de que algunos elementos no resulten congruentes con la cronología real. Es sencillo encontrar recursos característicos del estilo del director Yimou Zhang, al igual que se aprecian diferentes situaciones que se han convertido en esenciales de los filmes orientales; ejemplo claro son las escenas en las que aparecen enfrentamientos armados o de artes marciales y el manejo de la cámara, el cual ofrece una perspectiva más cercana y vivencial al auditorio. Finalmente, es necesario realizar una mención especial respecto al vestuario, cuya excelente calidad le valió una nominación a los premios de la Academia del 2007, donde fue superado por la película de Sofía Coppola, María Antonieta (2006).
En lo que respecta a la trama podría decir que la historia se reduce a dos conceptos: venganza y rencor. Venganza por parte de la emperatriz que se sabe envenenada por su esposo a causa del amorío que mantenía con el príncipe heredero y venganza también por parte del emperador que no soporta la idea de que su esposa mantuviera una relación íntima con su hijo mayor. El rencor va de la mano de la idea anterior en el sentido de que es una constante en la vida de los personajes, la cual los orilla a tomar las decisiones que desencadenan los hechos. Es el rencor el que mueve a la emperatriz a enviar a su hijo a lo que ella sabía sería una muerte segura, es el mismo rencor el que orilla al hijo menor a apuñalar a su hermano mayor y finalmente es este mismo sentimiento el que lleva a la primer esposa del emperador a ayudar a la emperatriz y de alguna forma catalizar el conflicto principal.
Ahora, en el rubro de los elementos de la cultura China en la trama de la película, considero que hay 4 ideas que sobresalen: la cosmogonía, el respeto por las tradiciones, la importancia de las instituciones y el establecimiento de jerarquías. En el primer aspecto se observa una mezcla entre las ideas del taoísmo y las enseñanzas de Confucio; la concepción del universo como un ente en equilibrio con el cual se debe de encontrar armonía se observa en diversos momentos como en el desayuno que sostiene el emperador con su familia en la terraza de los crisantemos o en el énfasis que pone nuevamente el emperador, al reprimir a su segundo hijo por tratar de tomar algo que no le fue dado, que no había sido puesto en su tao (aunque aquí convergen otros elementos). En lo que respecta al Confucianismo como doctrina de vida se pueden escuchar algunas de sus analectas cada vez que se anuncia la hora en la que se encuentran o en la importancia que cobra el estar capacitado para desempeñar una labor, idea que lleva al príncipe heredero a pedir a su padre que no le ceda el trono.
El culto a las tradiciones es el leitmotiv de la película, en este caso todo gira en torno al festival de los crisantemos, el cual es una conmemoración de la supuesta muerte de la primera esposa del Emperador. De igual forma, en varias ocasiones aparecen los personajes realizando diversos rituales que dejan ver la relevancia que tiene la puesta en práctica de las tradiciones ancestrales. Ahora, la idea de las instituciones va ligada a muchos otros elementos culturales; es bastante claro cómo cada quien debe de realizar la labor que le fue asignada: si se pertenece a la realeza entonces habrá que comportarse como tal, igualmente si se está en el ejército o en la corte de los emperadores, cada una de estas labores era cumplida tal cual y dejaba ver un sistema bien delimitado y perfectamente establecido y respetado.
La idea anterior abre el espacio para el último elemento a destacar: las jerarquías. Este es tal vez el aspecto más claro durante la película, desde la forma en que se hablaban unos a otros, hasta la corporalidad de los personajes y el tipo de labores que desempeñaban. Claramente no había nada por encima del emperador y por mucha que fuera la sed de venganza o el rencor de la emperatriz, aún así se arrodillaba ante su presencia y le hablaba de manera apropiada. Considero que el momento más significativo a este respecto es el enfrentamiento entre los ejércitos del emperador y el del príncipe Jai, a pesar de lo cruenta de la batalla, lograron respetar su vida y llevarlo ante el emperador, aún cuando el resto de los soldados había sido exterminado.
A grandes rasgos son estos los elementos que me interesa destacar de La maldición de la flor dorada, la cual como ya se ha dicho, puede que no sea del todo fiel a la historia China, pero sí deja muy en claro varias ideas elementales de la época de las grandes dinastías. Más allá de que considere que la película está muy bien hecha y de que la trama me haya resultado atrayente, me parece que esta película reafirma las ideas expuestas en clase y permite ver cómo es que filosofías tan opuestas como el taoísmo, el confucianismo y el legalismo podían coexistir y sin perderse del todo, y enmarcar el funcionamiento del antiguo imperio Chino; aquí es, desde mi punto de vista, donde radica la valía de esta película.

viernes, 28 de agosto de 2009

A falta de tiempo

Me encantaría poder incluir más contribuciones cinematográficas... pero la culpa de mi falta de trabajo la tiene Confucio... así que en su honor... un tributo agradable!

funny pictures
moar funny pictures

miércoles, 5 de agosto de 2009

Adiós a los rojos...


Hoy vi una de mis películas favoritas, una que auguro se convertirá en un clásico y llegará el momento en el que sea referencia obligada en las clases de historia. Hoy vi Good Bye Lenin! (2003).
Esta película dirigida por el alemán Wolfgang Becker es una de esas raras oportunidades de ver una crítica política al mismo tiempo que se vive una historia de amor. Es una de esas pocas películas en las que el final se sabe desde un principio pero aún así cuando llega te sorprende y te deja satisfecho. Good bye Lenin! es una historia que a pesar de verla en repetidas ocasiones continua cautivándome y al final consigue siempre robarme una sonrisa y mantenerme sentado hasta que ha pasado el último de los créditos finales.
¿De qué trata? digamos que Alex, un adolescente alemán, es hijo de una fiel seguidora del régimen de la Alemania Oriental; ella cae en coma tras ver a su hijo ser golpeado durante una manifestación y mientras está inconciente, el régimen por el que vivió desaparece pues el muro de Berlín es derribado. Con tal de mantenerla libre de peligro y sin emociones fuertes, su hijo le recrea el extinto sistema socialista en las cuatro paredes de su habitación. ¿Cursi? ¿imposible? tal vez, pero no es este intento desesperado lo que me atrapa cada que veo esta pieza de cine alemán; lo que me atrae es el poder de una idea, la fuerza que puede tener la ilusión de mantener a una madre con vida, dando la espalda a un sistema económico que en aquel entonces se consolidaba como único y como fuente de lujos y comodidades.
Por otro lado, están las ideas y convicciones de la madre, las cuales poseen tal arraigo que de enterarse de la inutilidad que adquirieron mientras estaba en coma, podría incluso teminar con su vida. Eso es poder, eso es una idea, eso es tener principios y creer en una causa. ¿No es maravilloso cuando el leitmotiv de una película va más allá de un enamoramiento rosa y soso? ¿No resulta increíble que una historia, a pesar de incluir a una pareja de enamorados, sea capaz de transmitir este sentimiento de poder y fuerza basado en ideales y convicciones?
Esa para mí es la riqueza de Good bye Lenin!, claro que tiene un guión inteligente, actuaciones decentes (yo diría sobresaliente en el caso de Katrin Sass, la mamá) y escenas inolvidables como la de la estatua del camarada Vladimir illych Lenin volando por las calles de Berlín al poco tiempo de que se desplegara una manta gigante de Coca Cola; sin embargo, son los pequeños detalles los que me hacen enamorarme de una película, y en este caso es esta muestra de lealtad y fuerza la que me convence, la que pone a este filme dentro de la repisa de favoritos.

martes, 4 de agosto de 2009

Abriendo la puerta

¿Qué esperas con este Blog?
En realidad no tengo una meta en mente, pretendo escribir cada que pueda y no planeo enfocarme en un solo tema. Seguramente la mayoría de mis aportaciones serán sobre cine y eventualmente algo de política nacional o internacional.
Este es mi pequeño experimento, ya veremos hasta dónde llega y qué logro con él.

¿Quién va a leer este blog?
Todo aquel que llegue deliberadamente o por error, es posible que encuentren algo de utilidad y que sus ideas complementen las mías, después de todo somos sólo un proyecto en desarrollo.

¿Cómo harás que esto funcione?
Cada que viva, lea, escuche o piense algo que pueda ser escribible, lo escribiré aquí... uno nunca sabe hasta dónde puede llevarte una idea repentina.

¿Algún comentario de cierre?
Invito formalmente a aquellos lean lo que escriba, a plasmar en forma de comentario las reacciones o ideas que les surjan. Mi interés primordial es saber lo que hay en la mente de los demás y descubrir qué puede sirgir si comparto lo que hay en la mía. La comunicación sólo existe cuando hay una respuesta.